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martes, 28 de febrero de 2012

viernes, 24 de julio de 2009

jueves, 14 de mayo de 2009

Trabajo realizado en calle Esmeralda


Veintiún departamentos, interior y exterior (en la foto, aplicando impermeabilizador a los ladrillos), para el Sr Mario Meo.

Departamentos situados en calle Esmeralda frente a la sucursal del supermercado La Anonima.

martes, 21 de abril de 2009

Paredes con Recuplast Agreste


Este producto de Sinteplast es un revestimiento decorativo acrílico con textura para uso interior y exterior.
Es un material elástico y resistente a la intemperie, que aplicado en alto espesor protege y decora sustituyendo al sistema tradicional de revoque fino más pintura. Se aplica con llana permitiendo diversos efectos rayados tipo Travertino o Rulato.

Usualmente lo usamos combinado con un fondo de Recuplast Frentes, con lo que se mejora la impermeabilidad de la terminación.
Recuplast Agreste viene en dos colores preparados, Blanco y Marfil, pero pueden obtenerse además más de 3.000 colores con el Sistema de Color SINTEPLAST 2000. Apto también para ser entonado con Entonador Universal TonPlast hasta 30cm3 litro. Se presenta en Textura Fina y Media. Donde conseguirlo:

viernes, 15 de agosto de 2008

Componentes del color

El color: un componente de cualificación y significación del ambiente urbano Se debe tomar conciencia del rol del color en la ciudad, comprender el alcance del mismo y asumir el compromiso que le compete a todos los que intervienen en el proceso de construcción del ambiente urbano. Se debe entender que el color en la ciudad implica mucho más que la simple aplicación del mismo en la fisonomía urbana y que al hacerlo estamos contribuyendo en la definición del espacio vital urbano.




Los especialistas en el diseño del entorno urbano no han incluido el color con toda su potencialidad como variable de diseño. Este no se percibe solo con los ojos, sino con todo el pasado, la historia y la concepción que se tenga del mundo. El color es un hecho cultural, y lo percibimos con toda la cultura. Por lo general, en el transcurso de la historia, se ha utilizado el color en la búsqueda de producir "un efecto colorista" en la obra de arquitectura. Estos "efectos" responden a distintas motivaciones y cumplen diversas funciones, fundamentalmente simbólicas (primitivas, abstractas, decorativas) y comunicativas (decodificadoras, descriptivas, exaltadoras, contextualistas, etc.). A partir de la influencia de la Reforma (Lutero, uno de los principales exponentes que aportan sustento filosófico), se vuelve la mirada hacia el Clasicismo (síntesis equilibrada de forma y espacio), con una desvalorización del rol del color. En la mitad del siglo XVIII se producen los primeros descubrimientos arqueológicos que revelan el uso intenso del color en la arquitectura clásica.

Ello modifica las tendencias de la época, lo que se traduce en dos corrientes: una que incluye el uso del color en la arquitectura, y otra que se resiste, centrando su postura en el acromatismo. Enrolado en esta última podríamos incluir a Ruskin (siglo XIX), que influenciaría al Movimiento Moderno en general, a pesar de que algunos de sus fundadores como W. Gropius, B. Taut, A. Behne, etc., desarrollaron varios intentos para incluir el color en la ciudad y crear nuevas formas de comunicación valiéndose del color como medio. El color de una ciudad es un aspecto de su historia. Hasta la Revolución Industrial, los pueblos y ciudades del mundo occidental desarrollaron un proceso lento de crecimiento orgánico, utilizando materiales de la región. Los materiales disponibles dieron forma a estilos arquitectónicos muy diferentes, produciendo ambientes urbanos de gran armonía visual, unificados por escala, materiales, y fundamentalmente por su color, lo que generó estructuras urbanas con identidades cromáticas inmutables. En la actualidad utilizamos los colores como apoyo de la forma, para estructura, subrayar, realzar, estimular o revalorizar una obra de arquitectura, sin tener absoluta conciencia del fenómeno ambiental que esta actuación produce. Desaprovechamos así las cualidades del color, un elemento a la vez abstracto y descriptivo que puede enriquecer la forma del espacio con un significado mayor y puede incrementar el contenido identificador, vivencial y orientativo visual de una ciudad.

El efecto colorista de un ambiente urbano no se basa solo en los tonos de color en sí mismos que cubren las superficies, sino también en la importancia de la luz, ya que a través de su naturaleza se ponen en total armonía con el lugar. También la distribución de las masas de sombras que articulan el entorno tienen una vital importancia para producir la impresión del color. Las sombras nunca son incoloras, por lo que influyen en la determinación de la paleta ambiental. Las distintas regiones y ciudades del planeta han estado identificadas tradicionalmente con particulares rangos de color, resultantes de las gamas producidas por los materiales locales, la luz, las sombras y todos los agentes climáticos que modifican la sensación del color ambiental. Podríamos citar casos ejemplares en todos los países. El color es determinante de la identidad urbana. Esporádicamente, en el transcurso de la historia, grupos de personas relacionadas con la temática urbana, sensibilizados y conscientes de la importancia del color en la ciudad, realizaron propuestas para optimizar el "espíritu del lugar" como el caso de Turín (1800), creando un plan de color para la ciudad entera. Estos ejemplos estarían enrolados en la primer corriente a la que hicimos referencia, que incluye el uso del color en la arquitectura.


Tips, si desea pintar y no arrepentirse luego

La pintura amarilla de su cuarto parecía una elección soleada y
maravillosa hace dos años, ¿pero ahora tal vez le recuerda el color de
huevos viejos? ¿El anaranjado cosecha le parece moderno? ¿El ciruela
polvoriento le resulta elegante? ¿Y cierto matiz de verde que ayer le
parecía relajante ahora le trae a la mente unas algas mohosas?
¡Entonces es hora de encontrar el color justo para su cuarto!





Le ayudaremos a escoger:

1. Mire revistas de hogar y decoración y semanarios de arquitectura.
Escoja cinco o seis esquemas de color que le gusten. Llévelos a la
pinturería cuando vaya a comprar sus muestras de pintura. Lleve las
muestras a casa y téngalas a la vista por unos días antes de tomar la
decisión.
2. Recuerde que la iluminación y las sombras harán que un color
determinado se vea drásticamente distinto de lo que usted esperaba.
Tenga en cuenta ésto cuando compre la pintura de color en la droguería.
Después de que haya tenido a la vista las muestras de pintura por un
tiempo, compre una lata pequeña de su color preferido y pruebe en un
área de cada pared. Mírela en distintos momentos del día y con
distintas combinaciones de luz.
3. Si no quiere pintar las paredes, trate de pintar un trozo de madera
o revestimiento. Apóyelo luego contra la pared para decidir si le
agrada.
4. ¿Le gusta el color pero le resulta muy intenso? Intente conseguir un
valor más claro. Repita el proceso de pintar el color sobre una pared.
5. Tal vez le guste el blanco austero, pero a menos que viva en un
quirófano, puede resultar un poco áspero para un ambiente. Pruébelo con
un toque de rosa, azul o beige.
6. Si va a pasar mucho tiempo en el cuarto, evite los esquemas de color
muy intensos. Pueden ser hermosos, pero resultan psicológicamente
cansadores en una habitación de trabajo, sala de estar o cocina.
7. Si hay en la habitación alguna pieza de tela (cortinado, tapizado)
que usted adore, llévela a la pinturería. Escoja un color de esa tela
para pintar las paredes. Puede hacer combinar otros colores de la tela
con los cojines y cortinas.
8. Si quiere pintar con un doble tono o dar un acento de color, tiene
que seguir los mismos pasos de mirarlos bajo diferente iluminación.
9. No compre el color hasta que haya observado muestras bastante
grandes de él por varios días. Muchas latas pequeñas pueden costar más
caras, pero lo salvarán de la pesadilla de descubrir que ese ciruela
polvoriento es en realidad un rojo pasión con las luces encendidas!